febrero 11, 2010

Alerta

Siempre es un honor y un gusto encontrar gente miserable como nosotros. Por eso es que formamos (o fumamos) este pequeño grupo de apoyo en internet, donde la diosificación de la palabra o logocentrísmo, como también se le conoce por los alabastrosos roqueros y cumbiamberos, es el fin y el medio.
La miserabilidad de los nuestros, encajonados y merecidamente apartados por lo que un buen Julio, a quien no conocí, pero que me gustaría llamar amigo (estoy seguro que a el no le molestaría ni eso, ni que emule [yo nunca copio] su manera de escribir) nombró esperanzas; se debe principalmente a la falta de normas que se convierte en norma para la gente como nosotros (los miembros del grupo de apoyo).
Es decir, que nosotros somos unos antílopes en el Chirripó. Pero ojalá que sigan así las rutas de bicicletas y que los esperanzas y los famas no se cuiteen en nuestro peculiar cronopismo contemporáneo, diferente del moderno en tanto nosotros no somos tan modernos.
Nos vemos en el futuro esperando que este llamado de alerta alerte a los cuarenta millones de seguidores del blog.

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