febrero 11, 2010

Alerta

Siempre es un honor y un gusto encontrar gente miserable como nosotros. Por eso es que formamos (o fumamos) este pequeño grupo de apoyo en internet, donde la diosificación de la palabra o logocentrísmo, como también se le conoce por los alabastrosos roqueros y cumbiamberos, es el fin y el medio.
La miserabilidad de los nuestros, encajonados y merecidamente apartados por lo que un buen Julio, a quien no conocí, pero que me gustaría llamar amigo (estoy seguro que a el no le molestaría ni eso, ni que emule [yo nunca copio] su manera de escribir) nombró esperanzas; se debe principalmente a la falta de normas que se convierte en norma para la gente como nosotros (los miembros del grupo de apoyo).
Es decir, que nosotros somos unos antílopes en el Chirripó. Pero ojalá que sigan así las rutas de bicicletas y que los esperanzas y los famas no se cuiteen en nuestro peculiar cronopismo contemporáneo, diferente del moderno en tanto nosotros no somos tan modernos.
Nos vemos en el futuro esperando que este llamado de alerta alerte a los cuarenta millones de seguidores del blog.

febrero 08, 2010

Un día

Un día saltaré sobre los árboles y los veré inmóviles. Minúsculos en la lejana tierra que ingrávida flota en mi pensamiento.
Los veré desde la fría luna: a mis amigos, a mis recuerdos, a mi historia. Y seré uno en el mar sideral, que me arrastrará en su marea cósmica, por la vívida experiencia de una vida sin reproche.
Y flotaré entre anillos celestes, regenerando mi marchita alma. Y me enamoraré de vos, por los siglos que arrastramos, por los eones futuros, por las eras que nos pertenecen.
Y seré eterno en el fútil recuerdo de un universo inventado por la misma eternidad, a la que pertenecemos como materia mítica del universo, donde crecimos y fusionamos nuestras imperecederas almas.
Y seré uno con el universo, con mi universo, con vos...