octubre 27, 2009

De Tule

Algunas veces la extraño demasiado, el resto del tiempo simplemente la extraño.

octubre 21, 2009

Lulucifer

Estaba ahí entre los tres más condescendientes misterios de la nunca grata Biblioteca, la sagrada profecía del misterioso Lulucifer.
Lulucifer, una especie de gnomo asexuado, con una calidad lingüística magnánima y miles de años de experiencia en el verdadero arte de hacerse pasar por su hermanilla mayor Lucifer y hacer lo que los antiguos llamaban “diabluras”.
Una de las más notorias y afamadas características de Lulucifer, era su habilidad para describir meticulosamente la unidad tonal de las cosas nimias. Las tautologías eran sus favoritas cuando de pasatiempos se trataba. Y disfrutaba mucho reuniéndose los domingos con sus amigos del club de golf para inventar silogismos al tiempo que maltratan un poco el lenguaje.
Una vez, un famoso escritor de nacionalidad ambigua, le hizo la promesa de escribir los más esquizofrénicos y voluminosos libros de amor y guerra que un mortal simple pudiera escribir a cambio de uno de sus asexuados besos. Lulucifer, ante tal proposición se arrodillo y le pidió a un banquero que estaba cerca que por favor usara sus más importantes influencias, para que el escritor se convirtiera en un inmortal, de esos que la literatura llama maestros y que los ignorantes llaman inmortales. Obviamente no lo beso, los besos asexuados están reservados para editores New Yorkinos o artistas pop de los años 50. Lo que está de moda ahora, en palabras del sabio y proverbial Lulucifer (según escuché) son las modelos flacuchas, escuálidas y altas de las pasarelas de alta costura, que no suelen excitar mucho al vulgo. Como todos sabemos, lo que excita al vulgo no excita a los asexuados, porque ellos están sobre el vulgo.
Lulucifer, no obstante, procuraba ir de vez en cuando a los tugurios de las ciudades latinoamericanas, para enterarse de lo que pasaba a la clase alta. Él creía que para saber lo que pasaba en los más altos estratos de la sociedad, era necesario rebuscar en su basura.
Esta es la leyenda de Lulucifer, profunda y anacrónica. Simple pero compleja. Tan absurda como vital. Asexualmente excitante.
Pero no puedo terminar este cortísimo y ridículo relato sin decir que le pasó a Lulucifer. No sería grato para los queridos lectores.

octubre 18, 2009

Algunos pareceres

El amor no sólo implica humildad, sino que la genera, como instinto de preservación de su propia especie.

El buen uso de la inteligencia nos implica permanecer únicamente, lo estrictamente necesario, dentro de los límites impuestos por la sociedad.

El poder cinético de un párpado se corteja con el poder de la lujuria.

Cuando nuestras lenguas se humedecen mutuamente, lubrican los ejes de nuestra existencia emocional.

Cuando creemos ser iluminados corremos el riesgo de ser dislumbrados.

Algún día vamos a ser engullidos por el microondas.

Las nubes tratan de decirnos algo; las estrellas sólo se nos muestran.

La negociación interrumpe la pureza de las ideas, pero nos concede desapego.

La pureza de las ideas nos puede guiar al aislamiento.

Todas las aulas son buques que parten hacia Francia.

El lenguaje es el medio de construcción de la realidad.

octubre 08, 2009

Y

caí al vacío
y caí
y caí
y una piedra, suave piedra me detuvo
y me dejó postrado sobre los helechos de mi pasado
que crecieron en mi
y sus raíces absorbieron mi piel
y sus hojas verdes verdes crecieron grandes
y derramé lágrimas que las nutrieron
y nació un río
sobre mi maderoso cuerpo
ya no tan sólido
ya no tan líquido
y llegó el invierno
y los cristales del frío apuntaron al suelo desde las nervaduras de sus verdes hojas
pero nunca cayeron
y la música de mis latidos mantuvo las hojas tibias
que siguieron creciendo
y sobre mi barriga creció musgo
(en el lado norte de ella)
y en el musgo se acumuló mi líquida alma
y nunca se escapó
y no terminé de llorar esa noche
porque las noches no terminan...
y...

octubre 03, 2009

Poema 3

A tu lado el primordial reposo
Es como el sueño de los valles,
Como el abismo de los montes
En el que me sumerjo despacio.

Ante la afluencia fría de los atribulados montes,
Disparo tu paz, y calculo el tiempo que puedo estar lejos de ti
Para luego volver sobre mis pasos, como una callada brisa que recorre el tiempo.
Y no hay un sólo átomo de mis deseos, que se distraiga en su búsqueda,
O que no te recuerde en silencio.

Poema 2

Al acercarse a ti, los animales se confunden
Entre la ilusoria risa celestial del alma
Que se condensa con los moldes de la niebla
Que de cuando en cuando la opacan.

No ven en ti la paz, y es por eso el movimiento
El movimiento de la pupila, la singular mirada
Con la que das paz cuando estás solo;
Esta reverberante marca del iris de la esencia
Que a través del alma de los animales se transforma en inocencia.